FORMENTOR
Un gigante en lo alto de la costa ¡ allá en el fin del mundo!.
El cuerpo bien anclado, enérgico y taciturno en puntual movimiento.
Los fantasmas de su aura en la tarde, asustaba hasta a los conejos.
Matojos pobres, olor a sal, sonido de mar, el viento canta y brama.
Buscamos con ahínco el camino de regreso a la llamada civilización
Las nubes oscurecen el atardecer, la noche se llena de presagios.
Las rocas acechantes con los riscos agrietados por la erosión,
los pinos con extensas ramas retorcidas, amenazan, intimidan,
¡desasosiegan!
La luna aparece de entre la oscuridad, y tenuemente mostrando la
vereda tortuosa la calma se filtra en el paisaje, iluminando los
inmensos terraplenes escarpados.
Nuestros corazones amedrantados, calman el pálpito de su miedo.
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